Alejandra Gómez Pedraza

miércoles, 9 de enero de 2013

Gabriel Zaid

EL LLANTO

Al declinar la tarde, se acercan los amigos;
pero la vocecita no deja de llorar
cerramos las ventanas,las puertas,los postigos,
pero sigue cayendo la gota de pesar.

No sabemos de donde viene la vocecita;
registramos la granja, el establo, el pajar.
El campo en la tibieza del sol dormita,
pero la vocecita no deja de llorar.

!la noria que chirria! dicen los mas agudos
pero !si aqui no hay norias! !Que cosa singular!
Se contemplan atónitos, se van quedando mudos,
porque la vocecita no deja de llorar.

Ya es franca desazón lo que antes era risa
y se adueña de todos un bago malestar,
y todos se despiden y se escapan deprisa,
porque la vocecita no deja de llorar.

Cuando llega la noche, ya el cielo es un sollozo 
y hasta finge un sollozo la lena del hogar.
A solas, sin hablarnos, lloramos con embozo,
pero la vocecita no deja de llorar.


Poema....
En este poema existe un pesar muy grande, muestra un lugar con tristeza, sombrío, sin esperanza.
Este tipo de ambiente se creo por una tragedia o algún problema en donde el pueblo no lo puede superar y sigue escuchando ese llanto y trata de escapar pero no lo consigue.

Reyes, A.(1959) Ómnibus de poesía mexicana. México. Siglo XXI editores.

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