YO
TE AGRADEZCO LA INTENCIÓN HERMANA
Yo
te agradezco la intención, hermana,
la
buena voluntad con que me asiste
tu
alegría ejemplar; pero, desiste
por
Dios: hoy no me abras la ventana.
Por
Dios, hoy no me abras la ventana
de
la sonrisa, hermana, que estoy triste,
lo
mismo que un canario sin alpiste,
dentro
de la prisión de la mañana.
No
te he de sonreír: aunque porfíes
porque
a compás de tu sonrisa lo haga,
no
puedo sonreír ante esta tierra.
Hoy
es día de llanto: ¿por qué ríes?
Ya
me duele tu risa en esta llaga
del
lado izquierdo, hermana... Cierra: cierra.
Cuando
se está de verdad triste, lo que se necesita es soledad, una soledad que te
ayude a esclarecer tu mente, limpiarla, ordenarla. A veces las compañías aunque
traten de apoyarte solo sirven como "cuchillito de palo" que
intentan ayudar pero solo te recuerdan lo que ya sabes.
Editores mexicanos unidos. (1998) Tres poetas. México, Editores mexicanos unidos
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